La Confederación Nacional Campesina, a través de la Liga de Comunidades Agrarias de la Ciudad de México, pugnará ante la Asamblea Constituyente por la conservación de las áreas territoriales dedicadas a la agricultura, la ganadería y de aptitud y vocación forestal; el reconocimiento de pueblos y barrios originarios y grupos étnicos organizados, en la conformación de la nueva Constitución Política de lo que será la entidad número 32, la Ciudad de México.
Con la representación del senador Manuel Cota Jiménez, presidente de la Confederación Nacional Campesina, Fernando Rascón Fuentes, dirigente de la Liga en la Ciudad de México, sostuvo una reunión de trabajo con el presidente de la Asamblea Constituyente, Augusto Gómez Villanueva, para señalar la importancia de incluir en ese proyecto legislativo a las áreas rurales de las Delegaciones de Milpa Alta, Xochimilco, Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan, Gustavo A. Madero y Cuajimalpa.
Es imposible negar la existencia y la presencia de los pueblos, barrios originarios de la Ciudad y a las comunidades indígenas residentes en el área metropolitana de la Ciudad de México, lo cual no fue reconocido en el anteproyecto de Constitución de parte del gobierno de esta ciudad, Miguel Ángel Mancera.
El proyecto de Constitución del Jefe de Gobierno, dijo Fernando Rascón, no consideró los aspectos rurales y semi-rurales de la ciudad; es decir, se omitieron del proyecto de Constitución todos aquellos rubros que tienen que ver con las áreas agrícolas, ganaderas, agroindustriales y forestales de esta ciudad.
En ese proyecto, solamente se incluye lo que es urbano-urbano. En términos de territorio, no en cuanto a su población, el 50 por ciento de la Ciudad de México, sigue siendo rural.
En este caso se encuentran las Delegaciones del Distrito Federal, como Milpa Alta, Xochimilco, Tlalpan, Magdalena Contreras, Gustavo A. Madero, Tláhuac, Iztapalapa y Cuajimalpa. Además, no se consideró puntualmente que en la Ciudad de México existen 140 ejidos y comunidades que siguen produciendo alimentos agrícolas, pecuarios, agroindustriales y forestales.
En total, se habla de que 38 mil hectáreas se dedican a la producción maíz para elote, hortalizas, legumbres, forrajes, y en el área pecuaria, pues se fabrica leche de vaca, quesos y otros derivados, así como especies menores como cabras, cerdos, borregos y aves de corral.
De igual manera, se mantienen alrededor de 50 mil hectáreas de bosques de coníferas. Estas áreas se ubican por lo menos en cinco delegaciones políticas del sur de la Ciudad de México. “Son el único pulmón de la Ciudad”, reiteró.
Hay una fuerte tendencia de ampliación de la mancha urbana y decenas de inmobiliarias están atentas a la determinación de la Constitución de la Ciudad, para entrar de lleno a la construcción de complejos habitacionales, y la instalación de empresas alimentadoras de materiales para la construcción y otros proyectos relacionados con áreas turísticas y “supuestamente ambientales”.
Otro tema que propuso la CNC – CDMX, se refiere a mantener el uso del suelo de conservación ecológica de la Ciudad. Esto, frente a la importancia de que quede establecido en la legislación correspondiente, no en la teoría.
Que se determine jurídicamente lo que son los suelos rurales, los semi-rurales con el respeto de su vocación y aptitud que tienen actualmente. Hacia estas zonas van las inversiones de las empresas inmobiliarias. De lo contrario, en unas dos décadas, las áreas rurales desaparecerán del mapa de la ciudad de México y todo será urbano.
Necesitamos que se conserven las áreas rurales forestales. Su importancia es múltiple, porque proveen de agua a diversas zonas de la ciudad, contribuyen a la purificación del medio ambiente. Son zonas retenedoras de Carbono, que permite contrarrestar la contaminación.
En la Ciudad de México hay una gran cantidad de indígenas que, a través del tiempo, han migrado a la ciudad y han implantado su sistema de vida, junto con su cultura, sus costumbres y sus tradiciones, que no reconocen las autoridades actuales y que deben quedar debidamente registradas en la nueva Constitución.
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