Economía
27 de noviembre de 2024
El Banco de México publicó su Informe Trimestral (IT) correspondiente al periodo
junio-septiembre del 2024. En nuestra lectura del informe encontramos señales de
cautela por parte del Banco Central.
En el entorno externo, la actividad económica global se expandió a un ritmo similar
entre el 2T24 y el 3T24, aunque se observó divergencia entre países, por ejemplo
en Estados Unidos la economía registró un crecimiento sólido, sobre todo por la
fortaleza de la demanda interna y un mayor gasto de gobierno, mientras que en la
Eurozona se observó moderación y en China una ligera mejoría por un repunte en
las exportaciones. Con respecto a la inflación, siguió descendiendo hacia los
objetivos de los bancos centrales, no obstante el ritmo de reducción ha sido
diferenciado y se ha observado en algunas economías ligeros aumentos. De esta
manera, el panorama inflacionario internacional sigue enfrentando retos y riesgos.
Por otro lado, la política monetaria de las principales economías registró
disminuciones en tasas de interés, por ejemplo en EE.UU. la Reserva Federal
recortó en 50 puntos base su tasa en septiembre y en 25 puntos base más en
noviembre. En las economías emergentes, los bancos centrales de Latinoamérica
(excepto Brasil) y Europa del Este, también ajustaron a la baja sus tasas.
Adicionalmente, Sudáfrica y otros países asiáticos realizaron recortes en tasas por
primera vez en tres años.
En este entorno, Banxico revisó ligeramente al alza el crecimiento económico
esperado para 2024 de 1.5% a 1.8% y para el 2025 lo mantuvo sin cambios en
1.2%. En esta misma línea dio a conocer que para 2026 estima un crecimiento de
1.8%. La revisión al alza en 2024 se explica principalmente por un ajuste que
realizó el INEGI a los crecimientos de los trimestres previos. Para 2025 Banxico
contempla que el crecimiento estará apoyado por el consumo privado y en menor
medida la inversión privada, mientras que el proceso de consolidación fiscal
limitará la contribución del gobierno. Por último, las exportaciones podrían ir
repuntando en línea con la mejora que se espera en la producción industrial de
EE.UU. En este sentido, el Banco de México mantuvo su balance de riesgos al
crecimiento sesgado a la baja, reconociendo que hay frentes importantes en el
porvenir. Los riesgos a la baja son: 1) menor crecimiento en EE.UU., 2) que se
intensifique el actual ambiente de incertidumbre relacionada con las políticas que
pudieran implementarse en Estados Unidos, 3) que la reducción del gasto público
disminuya la actividad económica, 4) un escalamiento en los conflictos
geopolíticos, 5) episodios de volatilidad y 6) fenómenos meteorológicos. Los
riesgos al alza son: 1) mayor dinamismo en EE.UU., 2) que la consolidación fiscal
no tenga impacto en la economía y 3) un mayor impulso por la reconfiguración de
procesos productivos.
Con respecto a la generación de empleo formal del IMSS para 2024 se ajustó de
entre 410 y 550 mil empleos a entre 250 y 350 mil. Mientras que para 2025 se
revisó de entre 430 y 630 mil a 340 y 540 mil. En el sector externo, el Banco estima
un déficit comercial para 2024 de entre -15.9 mil y -10.4 mil millones de dólares
(mdd), equivalentes a -0.9 y -0.6% del PIB, mientras que para el saldo de la cuenta
corriente esperan un déficit de entre -18.6 mil y -8.6 mil mdd, que se traducen en
un déficit de -1.0% y -0.5% como porcentaje del PIB. Para 2025 el déficit comercial
se ubicará entre -1.2% y -0.8% del PIB y el déficit en cuenta corriente entre -1.1%
y -0.4%, en el mismo orden.
Para la inflación, Banxico nuevamente mantuvo su balance de riesgos sesgado al
alza. Los riesgos al alza son: 1) persistencia de la inflación subyacente, 2) que la moneda nacional muestre una mayor depreciación, 3) mayores presiones de
costos que pudieran traspasarse a los precios al consumidor, 4) afectaciones
climáticas que pudieran impactar los precios de diversos productos agropecuarios,
5) una profundización de los conflictos geopolíticos y comerciales que pudiera
generar disrupciones en las cadenas globales de producción. A la baja: 1) una
actividad económica de Estados Unidos o de México menor a la anticipada, 2) que
el traspaso de las presiones de costos a los precios esté acotado y 3) que la
depreciación del tipo de cambio tenga un efecto menor al anticipado sobre la
inflación.
Consideramos que, recientemente el panorama se ha nublado. Si bien es cierto
que las últimas tres lecturas de inflación han sido positivas, el entorno es
excepcionalmente incierto. Con ello en mente, al interior de la Junta de Gobierno
se muestran dispuestos a seguir adelante con la implementación del ciclo de
recortes, aunque de manera muy cautelosa, lo que reafirma nuestra postura de
pausas en algunas de las reuniones de política monetaria. Posiblemente exista
más consenso entre los miembros de recortar en la medida que continúe
descendiendo la inflación, a pesar de que en el 2025 el entorno sea más complejo.
Nosotros estimamos que la tasa de fondeo podría ubicarse entre 8.5 y 9.0% al
cierre del 2025, aunque damos mayor probabilidad de ocurrencia a la parte alta
del intervalo.
En la misma línea, nos resultó interesante ver los movimientos que ha tenido la
curva de tasas en nuestro país para los plazos de 1 a 30 años (pág. 35 de la
presentación de la gobernadora). Por ejemplo, el pasado 9 de agosto se registraba
una curva plana y el 26 de noviembre una curva completamente empinada. Este
movimiento normalmente ocurre en una fase más avanzada del relajamiento
monetario, no cuando han ocurrido apenas tres recortes y la postura sigue siendo
claramente restrictiva. En este tenor, no sólo el quehacer de la política monetaria
es relevante, si no también el del gobierno federal en las finanzas públicas, sobre
todo porque se está descontando un entorno de mayor incertidumbre hacia el largo
plazo.




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