La Tercia de Pericos pa’ leer ¿Y la crisis?… Mejor hablemos de…

Rodrigo O. Pérez Moo
Periodísta
Twitter: Rodrigo_Moo

Circulo por las calles, llenas de baches, de mi rancho, me mega encanijo porque no hay capacidad oculomanual humana que logre esquivar tanto maldito hoyo, circule por avenida principal, secundaria o por alguna calle de las olvidadas colonias de este mi querido Cuautitlán Izcalli, que, como en todo el país, sus habitantes como niño que cambia un juguete carísimo por una paleta fueron engañados bajo el ideario de que por ser nominados por Morena sus candidatos eran puros, castos, (peor aún) aptos para gobernar, libres de la mácula de la corrupción… Triste despertar (bueno, de los que han tomado la decisión de hacerlo, porque la mayoría siguen en un viaje alucinado lleno de Penachos, Rifas y Consultas) y darse cuenta que TODOS son cortados con la misma tijera.
Pero no pensaba escribir sobre un gobierno local tan malo como los pasados, sino de lo que veo por las calles de este triste municipio. ¿Se han percatado?, obvio, mis tres selectos seguidores y lectores, se han de preguntar ¿De qué?, pos de que por donde mires en casas, esquinas, patios, se han abierto changarritos, donde venden desde productos de desinfección, pasando por las alitas, postres, hamburguesas, pozole, y hasta lo que se les pueda ocurrir; contrastando, en las zonas donde hay locales, casi cada mes tenemos nuevos negocios, pues unos abren y al mes cierran.
¿Será que la gente ahora tiene visión emprendedora? ¿Ya todos habrán leído los 7 hábitos de la gente altamente exitosa? ¿Quién se robó mi queso? ¿O cualquier otra literatura que evita la gente tenga que estudiar una carrera formal para saber administrar, mercadotecnia, negocios, contabilidad, etc? ¡No!, obvio, sucede, que aunque usted no lo crea estamos en una crisis. Bueno, aclaremos, desde que tengo memoria, y antes aún, México no ha salido de la crisis económica en la que nos metieron los antecesores a la época neoliberal hoy tan odiada, época a la que automáticamente nos han regresado (¡como si hubiera funcionado antes!), sí, así es, vivimos una crisis más profunda.
Aclaremos, no puedo culpar al gobierno por este desastre económico, bueno, mejor escrito, no puedo culpar del todo al gobierno del Pejidente, eso sería poco menos que estúpido; sin embargo habrá que aclarar que mucha culpa tiene, sí, otro tanto, más que obvio, es causa originada por la pandemia, un cacho más por el mismo sector productivo, todos somos corresponsables.
La cosa es que este gobierno en su afán de “no somos como los de antes, aunque los de antes son nuestros cuates y éramos parte de ellos, y somos emanados del mismo lugar, usamos las mesmas prácticas, tenemos los mismos esquemas e igual que ellos nos vale la gente, pero no semos ellos”, se negaron a aceptar la realidad y colapsaron al sector productivo y no me refiero a CEMEX, o algún otro grupo, sino a la pequeña, micro, mini, chiquititititita, empresa, ellos, nosotros, que somos los que más empleos generamos y que no nadamos en los millones de pesos, sino a duras penas con lo necesario para pagar nómina y algo pa’ la casa.
Los tres fieles seguidores que tengo sabrán de sobra mi pasión por el Karate-do (no, por millonésima vez, Víctor Estrada no es karateca, que cada arte marcial se encargue de sus demonios), y ahí me detengo a platicarles que a los profesores de artes marciales (ahí sí contamos a todos), pelearon por recibir un crédito de esos que se estuvieron dando (bueno no conozco a nadie que lo haya recibido) a los dueños de pequeños negocios como apoyo por los estragos de la cuarentena; se los prometieron, les dijeron que sí, los censaron, los cuentearon, les dieron promesas fatuas de amor eterno, nada, no pasó nada. Conozco a más de 10 que cerraron sus escuelas, incluso sé de alguno que para mitigar la crisis andaba pidiendo trabajo de lo que fuera, pintior, plomero, chalan de albañil (no es broma).
¿Cuántos conocen ustedes que perdieron el trabajo o les redujeron el salario?
El caso es que mientras nuestras calles se llenan de negocios informales, a los que más temprano que tarde les caerán los del ayuntamiento para darles chance de que abran, aquí, bajito del agua; nuestros representantes, llámense, diputados (locales o federales), síndicos y regidores, alcaldes, gobernadores, senadores y hasta el Pejidente seguirán en sus vida, ajenos a nosotros, listos para acusarse de cualquier babosada, montándose en la gloria de detenidos mexicanos en el gabacho, solicitando que se disculpen los Hijos de Aztlán por abusar de los pueblos nahuatlacas que conquistaron y sometieron, pidiendo nos presten el taparrabos de la Malinche o haciendo consultas para decidir si metemos a la cárcel a un ladrón detenido infraganti luego de robar a un cuentahabiente.
Nuevamente el pueblo mexicano, sin darse cuenta, sin ser consciente, sin querer hacerlo, sacará adelante a este país, sólo para medio estabilizarlo y darle oportunidad al siguiente vendedor de castillos en el aire para que vuelva a hacer un desastre de país. La historia es cíclica, la crisis no ha terminado y al parecer, no terminará pronto.
Rodrigo O. Pérez Moo

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